Publicado y escrito por: Ezequiel Urbina.
XIV
Alegoría Socrática.
La
cueva dejó de estar oscura
la
humanidad está libre y sin cadenas
¿Ya
no lloras? Ahora ríes con el elogio de la locura
el
ánfora de Artemisa se llenó de lágrimas
por
condenas injustas…
A
lo lejos en la cumbre del monte Parnaso
Sócrates
tiene su mirada pálida aún recuerda, cuando murió,
por
el veneno que le dieron por explicar la verdad. Su carácter,
resuena
como el león temido del anfiteatro romano,
su
cerebro se cansó de la ignorancia universal.
¡Oh,
ruido riguroso!, soberbio maestro
del
imponente “Conócete a ti mismo”
enséñame
la teoría secreta que le diste a Platón,
Oh,
perfecto filósofo muéstrame tu lira con la que llorabas,
en
las tardes eternas de tu amada Grecia…
(Ezequiel Urbina)
Matagalpa Nicaragua
Poema perteneciente al álbum lira triste
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